El discipulado cristiano se aprende en una de dos escuelas: la terrenal o la celestial. El discipulado terrenal destaca lo que el discípulo debe hacer, generar y alcanzar. El discipulado celestial parte de un paradigma diferente. En primer lugar, reconoce que la plenitud de Cristo habita en cada creyente, y en segundo lugar entiende que la tarea de cada formador de discípulos es revelar esa gran verdad y no tratar de “poner algo” dentro de una persona. El discipulado celestial y genuino debe revelar que la salvación y la victoria son dones dados por el Señor y que van de la mano.

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   Esta convicción llevó a Michael Wells a entender que en la vida cristiana no nos esforzamos por alcanzar algo, sino que vivimos a partir de lo que tenemos dentro: la persona de Cristo que nunca se va. Con este paradigma y con la convicción de que “No hay nada que la cercanía de Cristo no pueda sanar o resolver”, Mike fundó Abiding Life Ministries International (ALMI) hace ya casi 30 años, para servir a la Iglesia del Señor alentando a los que están desanimados por no poder alcanzar un nivel de perfección determinado con términos humanos. El nombre del ministerio en inglés se inspira en el concepto de permanecer en Cristo que encontramos en Juan capítulo 15, especialmente en los versículos 4 y 5.

   Esta página viene a concretar otro paso en el servicio de ALMI al mundo de habla hispana, algo que, a pesar de que ministraron en 150 países del mundo, siempre estuvo en el corazón de Mike y en el de su esposa, Betty, hoy Directora Ejecutiva del ministerio. Este servicio alcanzó en forma directa a muchos  países de Latinoamérica y a España misma.